La arquitectura tradicional mediterránea es un ejemplo cercano de arquitectura bioclimática, un estilo de diseño que refleja la cultura, el clima y la historia de las regiones que rodean el mar Mediterráneo.
Aunque existen variaciones según el país y la localidad, hay algunas características comunes que caracterizan a estas arquitecturas y que son respuesta sabia a las condiciones de su ubicación:
1. Funcionalidad, sencillez y sobriedad
En las soluciones espaciales y sistemas constructivos: es frecuente la composición mediante estructuras cúbicas y diferentes extensiones modulares, que se van añadiendo al núcleo central en función de las necesidades de sus propietarios.
2. Adaptación e integración con el paisaje
Entendiendo el entorno natural como un elemento fundamental de la arquitectura y aprovechando sus condiciones para mejorar el confort y bienestar de los usuarios.
3. Uso de Materiales naturales y locales
Se utilizan materiales naturales y locales, como piedra, adobe, arcilla, madera y terracota. Estos materiales se eligen no solo por su funcionalidad y durabilidad, sino también por su cercanía, disponibilidad e integración armoniosamente con el paisaje y el entorno.
4. Paredes blancas encaladas
El color blanco ayuda a reflejar la luz solar intensa y el calor, manteniendo los espacios interiores más frescos. La cal permite la transpiración del cerramiento y el control de la humedad.
5. Muros de importante grosor
Que gracias a su inercia térmica (capacidad de retener el calor) mitigan las variaciones exteriores de temperatura y proporcionan frescor e verano y calidez en invierno.
6. Cubiertas planas (y ventiladas)
Aunque con variaciones, predominan los tejados planos en forma de azotea, que permiten su disfrute a la vez que la recogida de agua de lluvia y su posterior almacenamiento. La solución de la cubierta a la catalana incluye además una cámara de ventilación bajo el acabado de cubierta para mitigar la incidencia de la radiación solar.
7. Patios y/o terrazas, fluidez interior-exterior
Son frecuentes los patios o terrazas que, además de disfrutar del aire libre y del ambiente exterior, permiten la creación de corrientes de aire y la adecuación de la temperatura y la humedad. Estos espacios exteriores son fundamentales para la vida social, el entretenimiento y el confort interior.
8. Ventanas y balcones de dimensiones ajustadas o protegidos
Las ventanas y balcones suelen ser de tamaño justo para protegerse del sol o disponer de elementos de protección (celosías, persianas, porches) para controlar la entrada de luz y regular la ventilación.
9. Uso de elementos vegetales
Los jardines, patios y porches con elementos vegetales que proporcionan sombra, refrescan y purifican el ambiente.
10. Estrategias de diseño bioclimático
Muchos de las características enunciadas son estrategias pasivas de diseño para mejorar la eficiencia energética, como la orientación de la casa para aprovechar la luz solar, la ventilación cruzada para refrescar los interiores y el uso de materiales térmicamente eficientes.
Detrás de la arquitectura residencial mediterránea y de su encanto rústico, hay todo un conocimiento tanto en el uso de materiales naturales como en las estrategias de diseño, que permiten la creación de espacios confortables y funcionales que se integran de manera armoniosa con el entorno natural y el clima cálido del Mediterráneo.
