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Una inversión inteligente

La búsqueda de viviendas más sostenibles y saludables, además de ser una elección responsable desde el punto de vista ecológico, también puede ser una decisión financiera inteligente a medio y largo plazo y generar beneficios económicos además de mejorar la calidad de vida.


Eficiencia energética y ahorro


Una vivienda pasiva se caracteriza por su alta eficiencia energética, lo que implica un consumo de energía significativamente menor en comparación con las viviendas convencionales. Al minimizar el consumo energético, los propietarios pueden ahorrar considerablemente en sus facturas y dependencia de servicios públicos, lo que reduce el período de amortización de la inversión inicial.

Además, en el caso de reformas o rehabilitaciones, no hay que olvidar que existen subvenciones y programas de incentivos para fomentar las mejoras energéticas en vivienda que no solo puede reducir el costo total de las reformas necesarias para convertir una vivienda convencional en una vivienda pasiva y saludable, sino que también aceleran la amortización de la inversión inicial.


Salud y bienestar


Las viviendas saludables se centran en crear un entorno interior libre de sustancias tóxicas y contaminantes. Utilizan materiales ecológicos y sistemas constructivos y de instalaciones que promueven la calidad del aire interior y la salud de sus habitantes. Un ambiente interior saludable puede reducir los problemas respiratorios, alergias y enfermedades relacionadas, lo que a su vez se traduce en menores gastos médicos. La mejora de la salud y el bienestar de los propietarios son factores importantes a considerar en el cálculo de la amortización de una vivienda pasiva y saludable.


Valor de reventa


Otro aspecto a tener en cuenta es el valor de reventa de una vivienda pasiva y saludable. A medida que la conciencia sobre la sostenibilidad y la salud se generaliza, la demanda de este tipo de propiedades está en aumento. Los compradores están dispuestos a pagar un precio más alto por viviendas con características que mejoren la eficiencia energética y la calidad del aire. Esto significa que, a lo largo del tiempo, la inversión inicial en una vivienda pasiva y saludable podría aumentar su valor de reventa, proporcionando un retorno de la inversión aún mayor.


Beneficios medioambientales


La amortización de una vivienda pasiva y saludable no solo tiene beneficios económicos, sino también ambientales. Al reducir el consumo de energía y las emisiones de gases de efecto invernadero, estas viviendas contribuyen a la lucha contra el cambio climático y a la conservación de los recursos naturales.


De este modo, la inversión en una vivienda pasiva y saludable es una decisión que combina los beneficios económicos con la responsabilidad social y ecológica: ahorros en los costos de energía y salud, aumento del valor de reventa y mayor bienestar y protección del medio ambiente.

Una inversión inteligente.






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